Tecnología y vivienda digna: herramientas para la defensa del derecho al techo
¿Cuál es el rol de la tecnología en la lucha por el derecho al techo? ¿Qué iniciativas tecnológicas se están llevando a cabo para defender el derecho al techo? ¿Qué es la vivienda digna? Estas son algunas de las preguntas que se discutieron en el panel: Herramientas tecnológicas y nuestro derecho a quedarnos celebrado el pasado 30 de abril de 2021 como parte del Encuentro Virtual: El Techo es un Derecho.
En este panel contamos con la participación de Liz Keith - Directora de Programas en Pro Bono Net, Steph Rudolph - Gerente en JustFixNYC y Elizabeth Byrd, integrante del “Leadership Collective” (Colectiva de Líderes) de Unlock NYC.
Las panelistas provienen de los Estados de California y Nueva York en donde, contrario a Puerto Rico, la mayoría de las personas alquilan. Esto se debe a varios factores, entre ellos resaltan el alza dramática en el valor de las propiedades por lo cual se ha convertido inasequible el comprar una propiedad para la mayoría de las personas residentes de ambos Estados. Para ponerlo en perspectiva, en el 2019 la renta promedio en Nueva York fue de $1,465 (sin incluir la Ciudad de Nueva York donde la renta es aún más alta). La mediana del valor de las propiedades es de $358,000. No solo las personas se tienen que enfrentar a precios exorbitantes, sino que tienen que lidiar con violaciones de ley como lo son el discrimen por el origen de los ingresos, la falta de reparaciones por parte de los caseros e inclusive el acoso por parte de los caseros en su contra. Estos problemas no son exclusivos de estas jurisdicciones, pues sabemos que también ocurren aquí en Puerto Rico y, como vimos en los demás paneles del Encuentro, ocurren a nivel internacional.
¿Qué están haciendo estas organizaciones para proveer acompañamiento legal en estas situaciones?
La organización Unlock NYC se enfoca primordialmente en erradicar el discrimen por el origen del dinero. Esto ocurre por ejemplo cuando los caseros se niegan a alquilarle propiedades a personas que poseen “vouchers” de Sección 8. Esto es una práctica común en Puerto Rico pero en Nueva York existe legislación que obliga a la mayoría de los caseros a aceptar subsidios gubernamentales para el pago de los cánones de renta. Unlock NYC creó una herramienta digital que le permite a las personas reportar instancias de discrimen. Incluso, las personas pueden grabar conversaciones a través de la herramienta y utilizar eso como evidencia al presentar sus querellas (en NY es legal grabar sin el consentimiento de la otra persona). La herramienta funciona como un chat y le provee a las personas la posibilidad de presentar querellas formales a través de ella. A la misma vez, Unlock NYC utiliza los reportes de las personas para alertar a otras en la comunidad sobre las prácticas discriminatorias de los caseros.
JustFix NYC también ha creado varias herramientas dirigidas a acompañar y apoderar a las personas que alquilan. Herramientas que permiten a las personas que alquilan demandar a sus caseros, conocer quién es el dueño del edificio donde viven y si se han presentado querellas en su contra, conocer el historial de alquiler de su apartamento y solicitar reparaciones en el apartamento. Estas herramientas buscan proteger el derecho a la vivienda digna de las personas.
Las injusticias con las que lidian las personas arrendatarias provienen de políticas públicas que fueron diseñadas para proteger los derechos de las arrendadoras.
Las injusticias con las que lidian las personas arrendatarias provienen de políticas públicas que fueron diseñadas para proteger los derechos de las arrendadoras. En Estados Unidos y en Puerto Rico el sistema legal no solamente protege esos derechos sino que coloca los intereses de las personas dueñas por encima del derecho a la vivienda digna. Los procedimientos expeditos de desahucios son un ejemplo evidente de esto. A la misma vez operan una serie de factores menos evidentes, casi tras bastidores, como lo son políticas de uso de terreno que excluyen a personas de vivir en lugares por sus ingresos, el cierre de escuelas, tribunales y la falta de acceso a servicios esenciales que hacen aún más inasequible el derecho al techo para las personas que alquilan.
Las panelistas, al igual que nosotras en Ayuda Legal Puerto Rico, reconocen el reto que implica el crear herramientas tecnológicas que buscan proveer acceso rápido y directo a procesos que están plagados de injusticias inherentes al propio sistema legal. Sin embargo, atajar los procesos burocráticos y, la mayor parte del tiempo, extremadamente lentos es una forma de incidir sobre el sistema, proponer otra forma de defender el derecho a la vivienda digna y promover que las personas se conviertan en entes activos en dicho proceso.
Es por ello que, más allá de proveer herramientas para lidiar con las injusticias que día tras días enfrentan las arrendatarias, las panelistas realizan esfuerzos dirigidos a eliminar las injusticias desde su raíz, iniciativas que buscan atender las inequidades sistémicas que afectan el derecho a la vivienda digna. Estos esfuerzos están compuestos de campañas de abogacía, esfuerzos de movilización y esfuerzos de educación, entre otros. Las panelistas a su vez proveyeron ejemplos de cómo varios de estos esfuerzos operan a la par. Entre ellos, resaltaron cómo las herramientas tecnológicas que promueven les permiten levantar y analizar datos sobre los cuales pueden construir narrativas opuestas a la que impera por parte del gobierno y los discursos discriminatorios que forman parte de la legislación y políticas públicas existentes que resultan en que el derecho al techo no sea una prioridad en nuestra sociedad.
Todos estos esfuerzos van dirigidos a proteger uno de los derechos más básicos y fundamentales: el derecho a una vivienda digna. El derecho a que, como nos dijo Elizabeth Byrd, las personas que alquilan puedan vivir de manera segura, con agua y lo necesario para vivir en comodidad con su familia. Así, estas iniciativas promueven el ejercicio del derecho a que las personas arrendatarias sean respetadas como toda persona debería ser respetada, independientemente de su relación legal con su vivienda.